Este es el eslogan de la campaña publicitaria de “Loteria Nacional”, que como cada año y junto a otros importantes nos anuncia la llegada de la Navidad.
El mensaje es claro y contundente. Sin ninguna duda la Navidad es un periodo de tiempo que TOCA vivir, es imposible escapar a él, vayas donde vayas y hagas lo que hagas está presente.
Y ¿Qué es lo que toca? Toca comprar regalos, toca cantar villancicos, toca salir en nochevieja, toca cenar en casa de él y comer en casa de ella, toca jactarse de comida, toca sonreír, toca consentir,…y toca a nuestros niños.
Son, aproximadamente, 15 días de vacaciones en el que horarios y acontecimientos se suceden sin ningún tipo de orden. Nuestros niños van a ser salpicados por una cantidad de estímulos que probablemente no sean capaces de digerir.
Nosotros, sus educadores, solemos agradecer la vuelta a la normalidad o a la rutina en algunos aspectos. Por ejemplo la alimentación. Sin embargo, los mayores conocemos nuestros límites y tenemos la capacidad de cuidarnos, -otra cosa es que no lo hagamos-.
Nuestros niños todavía deben desarrollar y aprender esta parte de sí mismos. Ellos comerían y comerían hasta empacharse y finalmente vomitar. Y con ello me refiero a todas aquellas reacciones como pataletas, crisis, insomnio… que provoca la sobreestimulación que reciben en estas fechas.
Los educadores debemos ser conscientes de esto e intentar, dentro de lo posible, crearles cierto ritmo para que nuestros niños no sobrepasen sus límites. Ya se que es difícil. No podemos eliminar luces, sonidos y multitud de gente que nos rodea estos días. Pero si podemos intentar no alargar nuestras estancias en reuniones familiares, ni en centros comerciales, o mantener las horas necesarias de sueño. Y lo más importante, entenderles y ayudarles a ver que es lo que les pasa.
Intenten no empacharse y no dejen que se empachen.
¡FELIZ NAVIDAD A TODOS!
Yolanda Verdu
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